La pesadilla de que todos los peces desaparezcan de los océanos podría concretarse en 2050, a menos que se reduzca la capacidad de las flotas pesqueras y se permita la recuperación de los stocks, advirtieron el lunes expertos de las Naciones Unidas (ONU).
"Si las diferentes estimaciones que recibimos (...) se tornan realidad, entonces estamos en una situación en la cual, realmente, dentro de 40 años no tendremos más peces", declaró a periodistas en Nueva York Pavan Sukhdev, director de la Iniciativa para una economía ecológica del Programa de Naciones Unidas para el Medio ambiente (PNUMA).
Según el informe sobre la Economía Verde que el PNUMA y diversos expertos deben divulgar en este año, y que fue presentado como anticipo el lunes, esta catástrofe puede ser evitada si se cortan los subsidios a las flotas de pesca y se instalan zonas protegidas para los peces, lo que a largo plazo podría permitir que la industria pesquera prospere.
El mundo está "agotando el capital" que necesita, subrayó el director del PNUMA, Achim Steiner.
No obstante, agregó: "Nuestras instituciones, nuestros gobiernos, son perfectamente capaces de cambiar el rumbo, dado que existe un gran interés en la cuestión. Creo que alrededor de 30 países se comprometieron con nosotros de manera directa y hay muchos otros revisando las políticas en materia de medioambiente”.
Los expertos en medioambiente son conscientes del fracaso, en marzo pasado, del plan para implementar una veda mundial sobre el comercio de atún rojo, una de las muchas especies que están al borde de la extinción.
La fuerte presión ejercida por Japón y otros países consumidores de atún derrotó la propuesta presentada en la conferencia de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites) que se celebró en Doha.
Pero el PNUMA alertó el lunes que el atún sólo es un símbolo de una catástrofe mayor que pone en peligro la economía y el medioambiente.
Alrededor de mil millones de personas, mayormente de los países más pobres, dependen del pescado como la principal fuente de proteína animal, según la ONU.
El informe sobre Economía Ecológica estima que alrededor de 35 millones de personas pescan en todo el mundo a bordo de 20 millones de barcos. Cerca de 170 millones de trabajos dependen, de manera directa o indirecta, del sector, con lo cual la cantidad de personas vinculadas económicamente a la industria asciende a 520 millones.
Según la ONU, el 30% de los stocks de peces ya colapsó, lo que significa que rinden menos del 10% del potencial original, y casi todas las pesquerías están en riesgo de dejar de ser rentables para 2050.
En la actualidad, una cuarta parte de los stocks pesqueros– la mayoría de las especies más baratas y con menos atractivo comercial– están considerados en estado saludable.
El mayor flagelo, destaca el informe del PNUMA, son los subsidios de los gobiernos que alientan a que flotas pesqueras cada vez más grandes capturen los recursos cada vez más escasos, sin darles la oportunidad de recuperarse.
Los USD 27.000 millones destinados a subsidios gubernamentales para la pesca, principalmente en los países ricos, son algo “perverso”, dijo Sukhdev, dado que el valor total del pescado capturado es apenas de USD 85.000 millones.
Como consecuencia, la capacidad de la flota pesquera es un “50% a 60%” más de lo que debería ser, indicó Sukhdev.
La creación de áreas de preservación marina permite que las hembras se desarrollen totalmente y aumenten así su fertilidad, lo cual es una solución vital, señala el informe.
Otro camino es la reestructuración de las flotas pesqueras para favorecer a los barcos más pequeños que –una vez que se recuperen los stocks pesqueros- podrán desembarcar capturas más voluminosas.
“Lo que escasea aquí son los peces, no la capacidad de pesca”, concluyó Sukhdev.
AFP
editorial@fis.com
http://www.fis.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario